La Directora del Departamento de Astronomía de la Universidad de La Serena, Amelia Ramírez, detalla que este fenómeno se debe a la alineación entre la luna llena y su paso por el punto más cercano de su órbita, generando mareas ligeramente más altas y un marcado efecto visual en el horizonte.

La noche de este miércoles 4 de diciembre, el cielo nos regalará un espectáculo luminoso, se trata del fenómeno conocido como superluna.

Esta última superluna del año alcanzará su punto de mayor cercanía a la Tierra alrededor de las 20:14 horas, ofreciendo un brillo hasta un 30% más intenso y un tamaño ligeramente mayor al habitual.

Con respecto a esto, la directora del Departamento de Astronomía de la Universidad de la Serena, Amelia Ramírez, aseguró que “la luna llena ocurre cada 29 días, aproximadamente, y la superluna es especial sólo porque su coincidencia entre esta fase y su paso por el perigeo, es decir, su paso por el punto más cercano de su órbita en torno a la tierra”.

Ramírez, experta en galaxias elípticas en interacción, explicó que “cuando vemos nuestra luna completamente iluminada por el sol, y la tierra no bloquea ninguno de los rayos solares que inciden sobre ella, definimos esa fase como luna llena, y si además ese momento coincide con el punto más cercano de la órbita lunar, estamos ante una superluna”.

Ahondando en esto, la investigadora afirmó que “esta superluna cubre un arco en el cielo de unos 33 minutos, o mejor dicho un poco más de medio grado, lo que le otorga alrededor de un 30% más de luminosidad que lo habitual. además al verla en el horizonte, el efecto visual que produce al compararla con objetos como árboles o edificios la hace parecer más grande”.

En relación con esto, la astrónoma ejemplificó que “esto se explica porque cuando miramos hacia arriba la luna parece más pequeña, pues no hay objetos con qué compararla, pero cuando la vemos a ras de horizonte, la percibimos aún más grande que lo habitual”.

“Si bien desde el punto de vista de la astronomía este es un fenómeno común, nos permite apreciar un fenómeno que encanta por su belleza y efecto visual”, agregó la especialista en astronomía extragaláctica.

Otros efectos

Sumado a esto, también recalcó que “la luna suele orbitar en torno a la tierra a unos 380.000 kilómetros de distancia, pero en la superluna ella se encuentra en su punto más cercano, esto es unos 27.000 kilómetros más cerca que en promedio. En este perigeo los pocos efectos visibles han de ser los efectos que se conocen como mareas vivas, es decir, cuando el mar presenta unas mareas levemente más altas”.

“Históricamente las lunas llenas se han tenido un efecto cultural en las personas, ya que esto es algo que nos atrae y que nos encanta ver, y si bien en las noches de invierno se aprovecha más porque son más largas, sigue siendo un panorama hermoso y entretenido para una noche de verano”, expresó.

En línea con esto, la académica señaló que “la Luna ha estado girando junto a la Tierra, y por ende nosotros con ella, siendo innegable que hay una relación o una sincronía entre ambos astros. La ciencia denomina este efecto como perturbación gravitacional, pero hay quienes lo ‘sienten’ desde un enfoque más sensorial como una concordancia natural de  vibraciones y ciclos naturales. Esta relación se da con toda la naturaleza, y es lo que podemos observar con las mareas´”. Por ejemplo, “antiguamente las personas observaban el mar y veían los nacarados cardúmenes que subían a la superficie marina ante la Luna llena y su gran tamaño los hacía parecer monstruos marinos, sin saber que solo eran los peces respondiendo a un ciclo  lunar” añadió .

Finalmente, la doctora en Astronomía destacó que “hubo superluna este octubre y noviembre pasado y ahora pasará en diciembre. Luego la Luna poco a poco se irá alejando en su órbita, volviendo a su tamaño habitual de unos 30 minutos de arco en el cielo, y en las próximas lunas ella se verá menos brillante, pero no hay que apenarse, pues definitivamente la Superluna es algo que volverá a repetirse”.