El Desierto de Atacama y su fenómeno más grandioso: cuando el árido se transforma en vida

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El alto endemismo de las especies en el desierto florido que habitan en esta zona son únicos y exclusivos de ese lugar, es decir, no existen en ninguna otra parte del mundo. 

Estas especies se han desarrollado y adaptado a las condiciones extremas del Desierto de Atacama —como la escasez de agua, la intensa radiación solar y los suelos salinos— a lo largo de miles o incluso millones de años, lo que las convierte en un valioso ejemplo de adaptación y evolución en uno de los ambientes más áridos del planeta.

Considerado el desierto más árido del mundo, el Desierto de Atacama, en el norte de Chile, es una extensión única de paisaje y tiempo. Con una antigüedad estimada entre 5 y 10 millones de años, este territorio ha permanecido casi inmutable bajo un clima extremo, con zonas donde no se registran lluvias por décadas, sin embargo, en ciertas ocasiones, el desierto sorprende al planeta con un espectáculo de vida y color: el desierto florido.

Este fenómeno, admirado a nivel mundial, se origina a partir de los llamados “pulsos de lluvia”, según explica el investigador del Laboratorio de Ecología del Desierto de la Universidad de La Serena, Cristian Delpiano. “Estos eventos excepcionales en los que las precipitaciones alcanzan niveles suficientes para despertar miles de semillas que han permanecido latentes bajo la superficie, el suelo se cubre de flores que tiñen el paisaje con tonos de violeta, amarillo, blanco y fucsia, formando un verdadero tapiz natural que puede extenderse por cientos de kilómetros”, detalla.

El Desierto Florido no sólo es un espectáculo visual, también representa un delicado equilibrio ecológico, cada floración depende de la cantidad, distribución y frecuencia de las lluvias, además de las condiciones climáticas globales, como el fenómeno de El Niño. Científicos y visitantes de todo el mundo acuden a observar este milagro de la naturaleza, que transforma el desierto más seco del planeta en un símbolo de resiliencia y biodiversidad.

La importancia científica del fenómeno del desierto florido en el norte de Chile es enorme, según Delpiano, “es un laboratorio natural único para estudiar múltiples procesos ecológicos, climáticos y biológicos. Este fenómeno ocurre desde la salida norte de la Región de Coquimbo y principalmente en la Región de Atacama, cuando lluvias excepcionales activan las semillas y bulbos que permanecen latentes bajo la superficie durante años, dando origen a una explosión de vida, color y especies”.

El Doctor en Biologia y Ecologia Aplicada explica que las plantas que florecen en el desierto, poseen mecanismos de resistencia extrema, capaces de sobrevivir años sin agua y germinar rápidamente tras una lluvia, “pero eso mismo es lo que las hace vulnerables ya que, si son arrasadas, mediante mecanismos humanos, como la extracción o simplemente el pisar las especies, hace que inmediatamente mueran y sea imposible su regeneración, porque los pulsos de lluvia no son permanentes y la vegetación viene de dinámicas que a escala humana no ocurren, ya que serían muchísimos años de espera”.

El investigador, quien es Ingeniero en Recursos Naturales Renovables, insiste también en la importancia “de esforzarnos por mirar más allá de lo evidente y exigir que se reconozca, valore y resguarde la extraordinaria biodiversidad del desierto florido".