- Actualidad
Proteínas en la mira: Todo lo que debes saber sobre barritas, yogures y leches adicionadas

La nutricionista y diplomada en conducta alimentaria de la USerena, Angélica Henríquez Cerna, aseguró que los productos enriquecidos con proteína no son para todos y llama a consumirlos con criterio y supervisión.
Hoy por hoy es cada vez más común encontrar leches, yogures, quesos, barritas de cereal e incluso fideos, con etiquetas como “protein”, “alto en proteínas” o “high protein”, prometiendo que ayudarán a los consumidores a recuperar músculo y aunque pueden ser útiles en ciertos contextos, como en deportistas o personas con necesidades específicas, también hay que tener cuidado, ya que su consumo excesivo o innecesario podría tener efectos adversos.
Con respecto a esto, la nutricionista y diplomada en conducta alimentaria del Depto. de Salud Estudiantil de la Universidad de La Serena, Angélica Henríquez Cerna, explicó que “cuando se habla de ingesta alimentaria, ésta siempre debe ser evaluada de acuerdo al estado fisiológico de cada persona, ya que de eso depende su requerimiento de macro y micronutrientes”.
“En cuanto al aporte de macro y micronutrientes en general, incluyendo a las proteínas, se debe considerar factores como la edad, nivel de actividad física, patrón alimentario, presencia de alguna comorbilidad o condición, alergias e intolerancias y preferencia alimentaria”, añadió.
La nutricionista también advirtió que “últimamente hemos estado expuestos a una gran oferta de productos enriquecidos con proteína, pero esto no quiere decir que sea el macronutriente más importante, ya que los carbohidratos, lípidos o grasas, vitaminas, fibras y minerales también lo son”.
A pesar de esto, la especialista detalló que “estos productos parecen ser convenientes y prácticos a la hora de alcanzar el requerimiento proteico de manera más sencilla y rápida. También favorecen la saciedad, ayudando a regular el apetito hasta la siguiente comida y contribuyen a la formación y reparación del tejido muscular, sobre todo si es consumido posterior a la realización de ejercicios de fuerza, por lo que también contribuye a mejorar el rendimiento físico y/o deportivo de personas que requieren más proteína debido a su entrenamiento”.
En relación al consumo recomendado de proteínas, la nutricionista aseguró que “en términos generales se podría resumir el requerimiento proteico entre 1 a 2 g de proteína por kg de peso, pero esto dependerá de otros factores, por lo que se necesitará un cálculo más personalizado”.
“Por ejemplo, una mujer que pesa 60 kg, debería consumir 60 g de proteína al día, pero si esta misma mujer realiza ejercicio físico moderado debería consumir 90 g de proteína al día, considerando 1,5 g de proteína por kg de peso”, agregó.
Riesgos
Respecto a un sobreconsumo de proteína, Henríquez dio a conocer que “los riesgos que se asocian son problemas renales por la sobrecarga que implica para los riñones filtrar el exceso. También se podrían presentar inflamación abdominal y estreñimiento, sobre todo si existe una baja ingesta de agua”.
“Podría existir un aumento de peso corporal, en función de masa muscular o de peso corporal total si también coexiste esta sobrecarga proteica con exceso de calorías. Debido a la propiedad de saciar más, también podría alterar la sensación de apetito y contribuir a hábitos alimentarios de riesgo, como saltarse comidas o restringir un grupo alimentario”, sostuvo.
La especialista también hizo hincapié en que “en redes sociales se promueve el alto consumo proteico como un sinónimo de saludable, pero esto puede llevar a prácticas restrictivas o innecesarias si no se ajusta al contexto real de cada persona”.
Recomendaciones
En cuanto a sí este tipo de productos son igual de beneficiosos que la proteína que proviene de alimentos naturales, la nutricionista puntualizó que “la proteína adicionada se considera como un suplemento alimenticio, es decir que viene a complementar la alimentación de personas a quienes les cuesta llegar a su requerimiento proteico diario, por lo tanto, no es lo mismo”.
Además de esto, la especialista recalcó que “la proteína que proviene de los alimentos como huevos, carnes, pescados, lácteos, legumbres, etc., también nos aportan otros nutrientes como, vitaminas (B12), minerales (hierro), fibra, etc. Por lo tanto, siempre la mejor opción será la basada en alimentos reales y complementar, según la necesidad, con suplementos que debería indicar o recomendar un profesional especializado”.
En línea con esto, Henríquez destacó que “siempre es bueno revisar la cantidad y calidad de ingredientes, ya que entre menos ingredientes tenga es mejor, ya que en viceversa nos dice que tan procesado es nuestro alimento. Es decir, si la mitad del párrafo del listado de ingredientes es de colorantes, aditivos, conservantes o nombres incomprensibles, esto debería ser una señal de alerta”.
“Cuando revisemos el etiquetado nutricional, es útil observar la porción sugerida (1/2 taza o 1 o 2 cucharadas, o 1 trozo, etc), porque eso nos da una idea de la cantidad de alimento que deberíamos consumir de ese producto y revisar ¿cuánta proteína me otorga por porción?, si quiero regular mi ingesta de azúcar, evitaré a aquellos que me aporten más 10g por porción o que tengan mucho sodio, es decir, más de 200 mg por porción”, recomendó.
Sumado a esto, Henríquez afirmó que consumir este tipo de productos “no se recomienda en personas que no tengan necesidad de suplementación proteica o que cumplan con sus requerimientos proteicos con facilidad mediante la alimentación”.
“Idealmente esta suplementación debería ser sugerida y guiada por un profesional especializado, ya que no se recomienda en personas con enfermedad renal, diabetes, por eso, hay que prestar atención al contenido de azúcar que pueden tener batidos y barritas. En personas con hipertensión se debe cuidar el contenido de sodio y sin la supervisión correcta se podría reforzar conductas de riesgos en personas que tienen algún trastorno de conducta alimentaria”, insistió.
Finalmente, la experta también recordó que “una persona que realiza ejercicio físico moderado, podría cubrir perfectamente su requerimiento proteico mediante la alimentación, si es que esta es variada y suficiente. La suplementación con proteína de uso regular y planificada, es una forma muy útil y práctica en personas que realizan ejercicio físico intenso o de fuerza de manera constante y repetitiva en la semana”.