Experto advierte efectos económicos y nutricionales por etiquetado impreciso en latas de jurel

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Tras el descubrimiento de que ciertas marcas estarían vendiendo latas de jurel, que en realidad contienen caballa, sardina española u otras especies importadas desde China, el académico de la Universidad de La Serena, PhD. Cristian Araya-Jaime, aclaró que más que un riesgo de salud, representa un menor valor nutricional. 

“Se considera al Jurel como un superalimento por su aporte proteico, su biodisponibilidad de vitaminas, de hierro, de proteínas, de omegas (3,6 y 9), que contribuyen entre otras cosas al desarrollo del sistema nervioso en los menores de edad, todo por un bajo precio”, afirmó el académico.

Recientemente se denunció que diversas empresas habrían comercializado más de 30 millones de latas de “jurel” que contendrían un producto hecho de caballa, sardina española u otras especies importadas desde China.

Con respecto a esto, el académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Serena, PhD Cristian Araya-Jaime, quien es especialista en genómica de los peces, aseguró que “está noticia pone en evidencia la existencia de un fraude alimentario, demostrando que en algunas de estas latas no había jurel, sino que sardinas, caballas y otras especies similares. En algunas de las conservas estudiadas también se descubrieron otras especies de jureles, que no corresponden al nuestro”.

Ahondando en esto, el experto explicó que en el mundo existen más de 10 especies de jurel y en Chile la especie que existe se llama Trachurus murphyi, que es el Jurel del Pacífico Sur.

En relación a lo sucedido con los productos chinos, Araya-Jaime recalcó que “según nuestra legislación las conservas deben venir bien rotuladas, señalando claramente la especie que se está comercializando”. 

Y agregó que aunque probablemente esto no configure un problema de salud para las personas, advirtió que “sí corresponde a un fraude alimenticio porque en la lata se indica que se está comercializando Jurel, pero la especie de la que está hecho el producto es otra, entonces la preocupación se debe a lo que se está consumiendo y a quienes deberían estar fiscalizando los productos que están ingresando al país, considerando que la regulación sanitaria es exigente con respecto a lo que se importa”.

En suma a esto, el académico afirmó que “cuando Chile, que es uno de los principales exportadores de choritos, exporta a Europa, tiene que especificar exactamente lo que va dentro de la lata, y si el organismo fiscalizador europeo detecta alguna irregularidad, aplica multas, generando problemas de exportación”.

El investigador también advirtió que “en este caso, las principales implicaciones no son de salud, sino más bien económicas y de conservación, ya que el consumidor final está comprando un producto A y le están vendiendo un producto B, y por mucho que las latas que vienen importadas desde China son más baratas, los valores nutricionales de las sardina y las caballas son más bajos que los del Jurel, aunque no son especies de mala condición”.

“Lo primero que ve el consumidor final es el precio, no se tiene muy instaurado el hábito de revisar las etiquetas, ni ver el origen de los productos, arista que tiene regulaciones, ya que existe el concepto de la trazabilidad alimentaria, que se refiere a saber qué es lo que estamos comiendo, de dónde proviene y cómo fue pescado y procesado”, agregó.

Sobre esto, Araya-Jaime hizo hincapié en que “se considera al Jurel como un superalimento por su aporte proteico, su biodisponibilidad de vitaminas, de hierro, de proteínas, de omegas (3,6 y 9), que contribuyen entre otras cosas al desarrollo del sistema nervioso en los menores de edad, todo por un bajo precio”.

Acerca de las recomendaciones al momento de adquirir este tipo de producto, el investigador sugirió que “lo mejor es preferir productos locales, pero teniendo en consideración que las marcas son muy hábiles al momento de imitar la colorimetría y los formatos de las latas y que a veces los productos importados son hasta un 50% más baratos, lo importante es darse el tiempo de leer la etiqueta, ojalá eligiendo las que tienen mayor información y que nos muestre qué tipo de pez está dentro”.

Tipos de atún

En línea con eso, Araya-Jaime sostuvo que “en el caso del atún hay regulaciones con respecto a la pesca incidental de algunos delfines y hay latas que certifican que no hubo manejo de este mamífero, pero con especies como el Jurel hay poca información, a pesar de que nuestra legislación local exige y propone que se indique que lo que está en la lata es el Jurel chileno y no otra especie, porque tampoco habría problema que fuese otra, pero debe estar indicado”.

Sobre este producto marino, que también es muy consumido en Chile, el académico dijo que “es muy poco probable que en las latas que se comercializan encontremos atúnes de aleta amarilla, aleta roja o atunes azules, que son peces de muy alto valor porque su carne es muy valiosa y la forma de pescarlos no es masiva”.

“Es probable que en forma enlatada encontraremos al pez Bonito, que en Coquimbo se conoce como El Mono, que es un atún de carne blanca que se usa para las conservas de bajo precio, porque aunque pertenecen a la familia de los atunes, tienen otro tipo de calidad, además se capturan masivamente y tienen una carne natural de baja apreciación. Por ejemplo, en Coquimbo, El Mono tiene un precio muy barato, porque nadie lo consume, por algunas características, por eso, son especies que se consumen más enlatadas que frescas”, indicó.

El investigador añadió que “incluso ahora se incorporan proteínas vegetales a las latas de atún, como extractos de zanahoria y de arvejas para aumentar su contenido proteico, entonces estás pagando por una cosa, pero estás obteniendo otra, que además es de precio más bajo, pero estas pagando otro valor, y por eso es importante la regulación del etiquetado y la verificación de lo que se está comprando ”.

Referente a esto, el experto recomendó que “es mejor preferir las latas de atún en lomitos, porque el desmenuzado es la carne que se raspa de lo que queda en el esqueleto una vez que se ha procesado”.