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Especies endémicas en el ''Oasis del Desierto costero chileno'' corren peligro de extinción

A pesar del peligro de conservación de su flora y fauna, y de la presencia de nuevas especies endémicas, este lugar aún no es considerado una reserva o zona protegida de nuestro país.
Es descrito por los especialistas como un ''lugar único'' en el Desierto de Atacama, en términos de endemismo y riqueza de especies. Se trata de Paposo, localidad ubicada en el Desierto Costero de la Región de Antofagasta, que abarca diferentes zonas geomorfológicas y climáticas, con una amplia variedad de hábitats, lo que ha permitido la evolución y la adaptación de diferentes especies, y endemismo en su biota.
Esta zona del Norte de Chile se caracteriza por poseer una rica diversidad de especies de plantas nativas, muchas de ellas endémicas y algunas exclusivas de la Región de Antofagasta, pero que son vulnerables y corren el peligro de extinguirse. Situación similar a la de su fauna, con diversas especies endémicas, como es el caso de dos nuevas especies de escorpiones (Brachistosternus paposo y Brachistosternus barrigai) y una nueva especie de araña (Aysenia paposo), descritas recientemente gracias a los estudios realizados desde 2011 por investigadores chilenos y argentinos, integrantes de una expedición artropodológica, liderada por el investigador y académico del Laboratorio de Entomología Ecológica de la Universidad de La Serena, Jaime Pizarro-Araya.
A estas tres especies de arácnidos descritos en la prestigiosa revista Zootaxa (ISI), se suma la categorización en 2013 de la ''Vaquita de Paposo'' (Gyriosomus angustus), en la categoría de ''En Peligro'' de extinción por el Ministerio de Medio Ambiente. Actualmente, esta especie de coleóptero de aproximadamente 18 mm de longitud, está amenazada por la disminución de la cobertura vegetal y la diversidad florística, el pastoreo indiscriminado, los microbasurales no autorizados, la recolección no autorizada de semillas, la extracción de vegetación nativa y el posible efecto de una central termoeléctrica.
A pesar del peligro de conservación de su flora y fauna endémicas, este lugar, llamado por Pizarro-Araya como el ''Oasis del Desierto costero chileno'', aún no es considerado una reserva o zona protegida de nuestro país. Es por ello que los investigadores recomiendan en su estudio, ''dar prioridad a la incorporación de Paposo al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado de Chile (SNASPE)''.
De acuerdo a lo indicado por Jaime Pizarro-Araya, Paposo posee una situación endémica que podría convertirla incluso en Monumento Natural. ''Es fundamental la protección de una fauna única en el mundo, y que está presente en nuestro desierto costero. No basta con leyes que protejan las especies, sino que se requiere de una normativa que proteja los ambientes donde viven estas especies'', explica el investigador de la Universidad de La Serena, quien participó del estudio en el Norte del país junto a profesionales del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la U. de La Serena, la U. de Concepción, el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos Aires (MACN) y la Sociedad Chilena de Entomología, iniciativa cofinanciada por la Dirección de Investigación de la ULS.
En los últimos años, el Laboratorio de Entomología Ecológica de la Universidad de La Serena (LEULS), ha estado llevando a cabo diversos proyectos con el fin de estudiar la diversidad de especies endémicas del desierto costero. Una muestra del trabajo desarrollado es la categorización en el 2011 de la ''Vaquita de Isla Choros'' (Gyriosomus granulipennis Pizarro-Araya & Flores), coleóptero presente sólo en la Isla Choros (Reserva nacional Pingüino de Humboldt), Región de Coquimbo, que pudo ser categorizado como ''Vulnerable''.



La jornada fue preparada para los jóvenes por sus propios compañeros de los centros de estudiantes de las carreras (CEC) de Enfermería, Kinesiología y Psicología, con el respaldo del Centro de Atención Psicológica y Salud Integral (CAPSI) de la ULS, el auspicio de la Dirección General de Asuntos Estudiantiles (DGAE) y aportes de las escuelas de Enfermería y Psicología y de la carrera de Kinesiología.
En tanto, uno de los encargados de la logística y organización, coordinación de los esfuerzos y gestión de recursos institucionales fue Julio Gutiérrez, practicante de la carrera de Psicología en el CAPSI, quien subrayó el propósito de esta iniciativa, que buscaba cubrir una necesidad en materia de estrés en los alumnos, a través de estos talleres.
Sebastián Aldunate, alumno de Kinesiología de la Universidad de La Serena, comentó que en su stand estuvieron ''explicando todo el cuidado en el estudio, cómo llevar mochila y al estar sentados en el escritorio frente al computador. (…) Por ejemplo, producto de usar un solo arcial de la mochila, vamos a estar propensos a tener una desviación en la columna, que se llama escoliosis. Al momento de sentarnos, de estar en el escritorio, tendemos a jorobarnos, lo que provoca dolores cervicales y, al momento de escribir o hacer trabajos en computador, podemos estar frente a una tendinitis''. De esta manera, junto a sus compañeros estuvieron contribuyendo a tratar esos problemas, enseñando cómo usar la mochila (con los dos arciales y a la altura adecuada), cómo manipular el teclado y cómo tener una buena postura frente al estudio en el computador.

