Actividades del “Mes del Género y Diversidad” culminan con temas sobre sexualidad y derechos

Cuatro instancias de diálogo y reflexión fueron desarrolladas por el Área de Coordinación de Derechos y Deberes para la Formación Integral, con el apoyo de la Oficina de Seguimiento al Egresado (OSE), con el propósito de educar a la comunidad sobre temas de sexualidad, género y diversidad.

Profesores, estudiantes y profesionales fueron quienes tuvieron la oportunidad de participar del ciclo de actividades del “Mes del Género y Diversidad”, espacio que contó con la presentación de diversos especialistas en la materia.

Una de las jornadas estuvo dirigida por el psicólogo Mg. Claudio de la Fuente (Depto. de Psicología ULS) quien se refirió principalmente a cómo vivir la sexualidad en tiempos de pandemia. Al respecto, el profesional compartió algunas recomendaciones y reflexiones que ayudaron a entender el concepto de sexualidad en la pareja.

“En vez de hablar de relaciones sexuales los invito a hablar del arte de hacer el amor, tenemos que ampliar la mirada y me hace sentido incorporar este concepto. Diría que el 99% de las personas me plantean la sexualidad sólo a la actividad sexual y comprenderla de esta manera, de acuerdo a mi formación, sería limitar las variedades y las diferentes emociones y acciones. El pensar la sexualidad sólo como el acto sexual, genera más bien un sufrimiento psicológico en las personas”, explicó.

De esta manera, el psicólogo planteó el término de “el arte de hacer el amor” dándole un sentido relacionado con la conexión íntima, la manera que tienen de vincularse las parejas y el empatizar con el otro/a. “Una cosa importante en este encuentro y conexión emocional íntima, es que se debe realizar de a dos, y para eso es muy importante poder organizar previamente espacios donde sólo se esté en pareja, aunque sean minutos. Por ello, es importante en nosotros hacer el amor, establecer rutinas diarias, por ejemplo, comer juntos, entretenerse, ver películas, o lo que la pareja defina como tal, que sea lo que más facilite esta conexión”, aseguró el Mg. de la Fuente.

A esto, sumó el ver lo rutinario como una forma de experimentar, jugar y descubrir, para así constituir un ambiente que favorezca el bienestar físico y emocional de la persona. “La sexualidad más que el acto sexual es un intercambio de confianza, en el que es esencial tener y promover acuerdos, conocer a tu pareja, experimentar, escuchar, aprender y sobre todo respetar. En el contexto de la sexualidad todo vale, en la medida que no genere daños a otras personas o asimismo”, agregó.

Por otra parte, la última instancia del ciclo estuvo dirigida por la Mg. Alejandra Jana (Depto. de Enfermería ULS) quien abordó los derechos sexuales y reproductivos que tienen las personas con discapacidad, aclarando términos como capacidad, discapacidad, sexualidad, derechos humanos, sexuales y reproductivos, y enfoque de género.

“Los derechos reproductivos corresponden a la facultad de las personas de tomar decisiones libres sobre su sexualidad y procesos reproductivos. Para tomar decisiones libres lo mínimo es estar informados y tener a personas que nos entreguen herramientas que nos permitan tomar una decisión. Los derechos reproductivos implican reconocimiento, protección y libertad y ejercicio de la autonomía” señaló la matrona.

Asimismo, hizo hincapié en que la sexualidad es parte de la identidad de todas las personas, y por ello, todos/as tienen los mismos derechos reproductivos y sexuales. “De acuerdo a lo referido por el Ministerio de Salud, la salud sexual y reproductiva, es el estado general de bienestar físico, mental y social en los aspectos relacionados con sexualidad y reproducción. Está centrada en la persona y en sus derechos, y reconoce a las personas como sujetos activos que participan junto a los profesionales de salud en la búsqueda de una mejor calidad de vida para sí mismas, sus parejas y sus familias”, manifestó la académica.

Con respecto a las personas con discapacidad, aclaró los distintos mitos, estereotipos o prejuicios existentes, por ejemplo, se cree que son asexuados, son hiperactivos sexualmente o incapaces de tomar decisiones. “Todos tenemos contextos diferentes, por lo tanto, la salud va a estar influida por aquellas circunstancias, por ello, la discapacidad se tiene que asumir como una determinante social de salud y con un enfoque de género. Si se niega la sexualidad de las personas con discapacidad, las estamos invisibilizando y no las reconocemos, pues se le está negando su condición de persona, su proyecto de vida y su ´vida buena´”, enfatizó.

Finalmente, la profesional de la salud mencionó los actuales desafíos que se tienen para alcanzar una sociedad equitativa. “Debemos eliminar las barreras del entorno, aumentar la participación de todas las personas, y hacernos responsables, tanto el gobierno, las organizaciones como las propias personas. Para poder visibilizar y aumentar la autoestima, la educación en sexualidad debe ser conceptual y atingente, para desarrollar el ejercicio de autonomía, para que todo propenda en el mejor interés de las personas y el respeto como sujetos de derechos”, concluyó.

Escrito por Daniela Ledezma, Plan de Apoyo Integral